jueves, 4 de noviembre de 2010

EL SISTEMA NERVIOSO

 

Está constituido por un conjunto de nervios, ganglios y centros nerviosos Se trata, junto con el endocrino, del principal sistema de regulación orgánico. Mediante los llamados autónomo o neurovegetativo y cerebroespinal, se reciben sensaciones de órganos receptores internos y externos, se desarrollan respuestas motoras, reguladoras y de todo tipo, se controlan acciones a voluntad o sin ella, como el movimiento, digestión, respiración, metabolismo, excreción, etc., y en general todas las actividades de la vida de relación de los animales.

Estructura del sistema nervioso


La disposición del sistema nervioso en cualquier animal puede ser de tipo diseminado, radiado o bilateral. El bilateral se divide a su vez en dos formas: ventral y dorsal; la ventral es típica de los gusanos y artrópodos, mientras que la dorsal lo es de los cordados; esta forma dorsal es la que nos interesa conocer, por ser la que presentan todos los animales superiores, y por tanto los humanos.

El sistema nervioso está constituido por los centros nerviosos y los nervios o vías periféricas. Fundamentalmente, los centros nerviosos están integrados por unos cuerpos neuronales y unas prolongaciones de los mismos llamados dendritas. Los nervios están constituidos por los axones de las neuronas, siendo los encargados de conducir los impulsos nerviosos. Los nervios, a su vez, se dividen en dos tipos, los eferentes y aferentes; los eferentes, también llamados motores o centrífugos, conducen los impulsos desde los centros nerviosos hasta los órganos efectores, es decir, los músculos o glándulas; los aferentes, también llamados sensitivos o centrípetos, conducen los impulsos desde los receptores hasta los centros nervioso

Sistema nervioso cerebroespinal



Sistema nervioso central


El sistema nervioso central constituye la primera porción del sistema nervioso cerebroespinal. Es controlado a voluntad. Está formado por dos centros nerviosos: encéfalo y médula espinal. Ambos disponen de unas capas o cubiertas protectoras internas y externas; la más externa es de naturaleza ósea, es el cráneo en el caso del encéfalo, y la columna vertebral en el caso de la médula.

La capa más interna está constituida por tres membranas de tejido conjuntivo, las conocidas meninges (que también existen en el cerebro) y que se nombran cada una de ellas de fuera a dentro como duramadre, aracnoides y piamadre. Entre la aracnoides y la piamadre se encuentra el cefalorraquídeo, un líquido incoloro y transparente, semejante a la linfa, de funciones amortiguadoras, y que está permanentemente en proceso de renovación por vía sanguínea.

El encéfalo está constituido por el cerebro, diencéfalo, mesencéfalo, cerebelo y bulbo raquídeo. La médula espinal comunica el encéfalo con el resto del cuerpo.



Cerebro

El cerebro o telencéfalo es, en los animales superiores, especialmente los humanos, la parte superior y más voluminosa del encéfalo. Constituye en conjunto el centro de todo el sistema nervioso. Ocupa la zona anterosuperior de la cavidad craneana, y se encuentra protegido por las meninges. Posee una forma separada en dos hemisferios por una gran cisura (surco) llamada cisura interhemisférica, con una superficie llena de circunvoluciones (repliegues) también separadas por cisuras más pequeñas; todo el conjunto está unido por una base callosa de sustancia blanca. Las partes más señaladas se denominan lóbulos, existiendo uno frontal, dos temporales, dos parietales y uno occipital. Algunas cisuras significativas son la de Rolando, situada entre los huesos frontal y parietal, y la de Silvio, que separa el lóbulo frontal y el parietal.

La parte externa del cerebro o corteza cerebral, está formada por seis capas de sustancia gris. En esta zona se recogen los impulsos procedentes de los órganos sensoriales, y se generan los impulsos de respuesta o motores en dirección a las glándulas y músculos. Las fibras que conducen los impulsos nerviosos se clasifican en tres tipos: las descendentes o motoras, cuya misión es llevar las órdenes hacia el exterior del cerebro; las ascendentes o sensitivas, que recogen y traen los impulsos de las sensaciones percibidas hasta la corteza; y los acedillos o fascículos de asociación, que comunican entre sí las diferentes partes de la corteza.

Diencéfalo

El diencéfalo, también llamado cerebro intermedio o central, se sitúa entre el cerebro y el mesencéfalo. Constituye un importante núcleo que acoge numerosos centros y vías sensitivas de la vida vegetativa y emocional. La masa central del diencéfalo es el tálamo, por encima se encuentra el epitálamo, y por debajo el hipotálamo.

Tálamo: Tiene la misión de conectar con la corteza cerebral mediante varios haces de fibras; estableciendo sinapsis entre neuronas motoras y sensitivas, es decir, ambas no están en contacto, sino que se comunican a través de un espacio interneuronal. Esta zona acoge algunas sensaciones relativas al dolor, tacto y temperatura.

Hipotálamo: se subdivide en varios núcleos con importantes funciones de la vida vegetativa. Se distinguen las sensaciones de sed, hambre, vigilia, ritmo del sueño, así como la regulación del volumen y temperatura de los líquidos orgánicos, y del metabolismo de las grasas y carbohidratos. El hipotálamo acoge en su parte inferior una glándula muy importante en el organismo, la hipófisis, también llamada glándula pituitaria, de pequeño tamaño pero con numerosas funciones endocrinas. La hipófisis se divide en tres partes: la adenohipófisis, la intermedia y la neurohipófisis. Por sexos, alguna de estas zonas es irrelevante, por ejemplo la intermedia en el caso del hombre. La adenohipófisis segrega siete hormonas: la somatotropa, relacionada con el crecimiento; la corticotropa, que actúa sobre la corteza suprarrenal; la tirotropa, que actúa sobre el tiroides; las gonadotropinas (folicoestimulantes y luteinizantes), que actúan sobre la actividad de las gónadas, estimulando también el crecimiento del útero durante el embarazao, se produce en grandes cantidades desde el primer momento del embarazo, motivo por el que se utiliza para realizar variadas pruebas de de diagnóstico; la prolactina, que actúa estimulando la secreción láctea de las glándulas mamarias; y la melanotropa, que actúa sobre la pigmentación de la piel. Por su parte, la neurohipófisis no segrega ningún tipo de hormona, hasta ella le llegan a través de fibras nerviosas dos hormonas que se elaboran en el hipotálamo, la oxitocina y la antidiurética, la oxitocina estimula las contracciones de la musculatura lisa, ejemplo de las uterinas durante el parto.

Hepitálamo: Apenas acoge fibras nerviosas, actúa sobre todo como controlador de una glándula endocrina poco conocida llamada epífisis.
 
ELVER SANABRIA
V-20477945
EES
SECCION:01

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