lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Existe el punto G?









Tras analizar a 1.800 mujeres de entre 23 y 83 años, científicos británicos del King's College de Londres, dirigidos por el experto en epidemiología genética Tim Spector, han llegado a la conclusión de que la idea del misterioso punto G es totalmente subjetiva. 
Su estudio se publica esta semana en la revista The Journal of Sexual Medicine.

En teoría, el punto G o punto Gräfenberg es un área con forma de vaina en la pared frontal de la vagina, detrás del hueso púbico y alrededor de la uretra, que cuando se estimula eleva los niveles de deseo sexual y aumenta la posibilidad de experimentar un orgasmo. 


Desde que en 1981 la idea de su existencia fue popularizada por la profesora Beverly Whipple, de la Universidad Rutgers, en New Jersey, se han llevado a cabo múltiples estudios para confirmar su existencia. Las encuestas más recientes sitúan entre el 30 y el 54 % el porcentaje de mujeres que admiten experimentar este fenómeno. 







Las mujeres que participaron en el estudio dirigido por Spector eran gemelas o mellizas. 
A todas ellas se le preguntó si tenían el punto G. Si una de las gemelas idénticas respondía que sí, se esperaba que la otra, que tenía genes idénticos, también tuviera la zona erógena. Pero este patrón no se produjo.
"Las mujeres pueden argumentar que la dieta o el ejercicio ayuda a tener el punto G, pero en realidad es virtualmente imposible encontrar rastros reales", asegura Tim Spector.
"Este es el mayor estudio realizado hasta el momento, y muestra de manera casi certera que la idea del punto G es subjetiva", añadió.

Expertos como el ginecólogo Gedis Grudzinskas coinciden en el veredicto, y aseguran que el nuevo estudio revela "la diferencia que existe entre la ciencia popular y la biología o la anatomía"


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